Efectos psicosociales y discurso de medios de comunicación en pandemia

Psico Escucha PUCE: Crisis, Desafíos y Salud Mental en la Era del COVID-19

La declaración de emergencia sanitaria por parte de la Organización Mundial de la Salud el 30 de enero de 2020 sumió al mundo, y particularmente a América Latina, en el remolino de la expansión del virus de COVID-19. En esta región, la mayoría de los sistemas de salud se encontraron con notables dificultades para enfrentar la pandemia, exacerbando la falta de respuestas efectivas basadas en evidencia científica en el ámbito de la salud pública. Estas deficiencias, unidas a decisiones económicas que profundizaron la injusticia social, agudizaron la fragmentación social, familiar e individual.

“Nadie estuvo preparado”, fue la frase que desafió el discurso previo sobre la ciencia y la tecnología y enfrentó a la humanidad a su propia vulnerabilidad. Ante este panorama, la atención a la salud mental emerge como un pilar fundamental para la resiliencia y el bienestar colectivo, planteando interrogantes sobre cómo abordar las necesidades de la población en un contexto de crisis global. Durante la pandemia del COVID-19, la sociedad ecuatoriana afrontó  fenómenos que revelaron profundas falencias en las respuestas sociales y en la articulación entre la población, los medios de comunicación y las instituciones responsables de la salud pública

Un aspecto que surgió de inmediato fue la desinformación. Las instituciones estatales, tanto en salud como en comunicación, mostraron serias deficiencias y una evidente descoordinación. Esto resultó en una falta de información precisa y confiable sobre elementos claves que debían ser transmitidos a la población en relación a la COVID-19.

La consecuencia de esta desinformación fue una población que se sintió desvalida, perdida y con altos niveles de ansiedad y angustia, asegura Verónica Egas, profesional de la PUCE y parte del proyecto Psico Escucha PUCE. La incertidumbre sobre la pandemia y el virus, exacerbada por la falta de información concreta, afectó significativamente la salud mental de la población. Este desconocimiento generalizado, una característica común a nivel mundial, puso de manifiesto los límites del conocimiento humano y rompió con la percepción de control absoluto que se tenía sobre cuestiones biológicas gracias a la ciencia.

La incertidumbre y el miedo fueron reacciones naturales de la población. Al principio de la pandemia, el miedo a la muerte dominaba, ya que la infección por COVID-19 se asociaba directamente con un alto riesgo de mortalidad. Esta situación cambió gradualmente con la introducción de las vacunas, pero los efectos psicológicos persistieron. Además, se evidenció una falta de diversidad de género en los expertos que aparecían en los medios de comunicación, predominando los hombres, lo cual limitó la perspectiva y el alcance de la información compartida.

El confinamiento total durante los primeros tres meses en Ecuador llevó a la población a experimentar altos niveles de ansiedad y angustia, lo que obligó a abrir dispositivos de intervención en crisis; es así que nace Psico Escucha PUCE. Esta iniciativa tuvo que adaptarse rápidamente, funcionando desde temprano en la mañana hasta altas horas de la noche, y ofreciendo apoyo tanto virtual como telefónico a la población que lo requería.

Con la flexibilización de las restricciones, las demandas de contención emocional aumentaron. Las personas buscaban apoyo psicológico para manejar problemas específicos que surgieron durante el confinamiento. Posteriormente, cuando las restricciones se levantaron por completo, la necesidad de psicoterapia a mediano y largo plazo se hizo evidente. Los pacientes presentaban una necesidad de sostenimiento psicológico debido a los efectos acumulados de meses de confinamiento y estrés, causado por la propia pandemia y el contexto en el que vivían los individuos.

Antes de la pandemia, la atención psicológica en Ecuador se realizaba principalmente de manera presencial. La crisis obligó a los profesionales a adaptarse rápidamente a la virtualidad, superando barreras y prejuicios sobre la eficacia de la atención psicológica no presencial. Esto incluyó repensar elementos esenciales como la confidencialidad y la eficacia de la terapia virtual comparada con la presencial.

Según Egas, los síntomas más frecuentes durante y después de la pandemia incluyeron altos índices de depresión, especialmente en adolescentes y jóvenes adultos, y un aumento en los intentos de suicidio. La sensación de soledad, especialmente en las grandes ciudades y entre los ancianos, también fue notable. Además, las dinámicas familiares se vieron trastocadas por el confinamiento, llevando a un aumento en los conflictos y la necesidad de adaptación a nuevas rutinas de convivencia.

Por otro lado, la pandemia también evidenció la falta de políticas públicas efectivas y de presupuesto para la salud mental en Ecuador. Frente a esto y a pesar de la aprobación de una ley de salud mental en enero de 2024, todavía no existen reglamentos ni normativas específicas que la complementen este servicio. Esta ley ha sido criticada por su enfoque excesivamente medicalizado y por no reconocer adecuadamente las particularidades del ejercicio clínico de la psicología.

En conclusión, La pandemia de COVID-19 evidenció la fragilidad de la salud mental en la población, afectando tanto su reconocimiento público como su aceptación social. Las medidas de confinamiento y aislamiento acrecentaron estas dificultades, subrayando la necesidad de apoyo psicológico. El servicio virtual Psico Escucha PUCE permitió identificar y atender las necesidades emocionales y psicológicas de muchas personas durante este período de crisis. Además, ha abierto un espacio para reflexionar sobre la integración de herramientas virtuales en la práctica de la psicología clínica y el acceso a los servicios de salud mental. ¿Podemos entonces ignorar la importancia de seguir fortaleciendo y adaptando estos servicios a las nuevas realidades sociales?

Referencias

Reyes, V. E., Castillo, A. L. T., Jiménez, N. H., Zapata, S. A., & Sterckx, E. S. (2020). Salud mental, virtualidad y pandemia: Experiencias de Psico Escucha PUCE. Mundos Plurales-Revista Latinoamericana de Políticas y Acción Pública7(2), 55-74.

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